Contrato Coloriuris El Borrador de Papel
¡¡Desde otro punto de Vista!! 
Caperucita Roja y Los 3 Cerditos
pero ahora 
Contadas por el Lobo




A veces nos encerramos en una idea, porque el que nos cuenta quieren que hagamos eso, otras tildamos de bueno a uno y de malo al otro porque solo escuchamos una campanada de la historia. Lo cierto es que todos alguna ves cometimos el error de no dar el derecho a replica al otro y escuchar solo la historia contada por una de las partes, que claro, por contarla este siempre se victimizara y querra demostrar que tuvo la razon. Esto se ve claramente en los tribunales en casos de abogados, pero en realidad lo podemos ver mas cerca aun. Por eso les traigo dos historias que todos conocemos la de Caperusita Roja y la de Los 3 Cerditos, pero esta vez contada por el Lobo de la historia.

Para quienes no allan leido los cuentos originales les dejo un link para que lo hagan (Caperucita Roja) y (Los 3 Cerditos)

Y ahora sí, los invito a leer los cuentos contados por el lobo y a reflexionar que "todo no es lo que parece":

Caperusita roja contado por el Lobo:


El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo ordenado y limpio.

Un día soleado, mientras estaba recogiendo las basuras dejadas por unos turistas sentí pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi venir una niña vestida en una forma muy divertida: toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisieran que la vean. Andaba feliz y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a nadie, quizás ni se le ocurrió que estas flores no le pertenecían. Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunte quien era, de donde venia, a donde iba, a lo que ella me contesto, cantando y bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo.

Me pareció una persona honesta, pero estaba en mi bosque cortando flores. De repente, sin ningún remordimiento, mató a un mosquito que volaba libremente, pues también el bosque era para el. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus habitantes.

La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegue me abrió la puerta una simpática viejecita, le expliqué la situación. Y ella estuvo de acuerdo en que su nieta merecía una lección. La abuelita aceptó permanecer fuera de la vista hasta que yo la llamara y se escondió debajo de la cama.

Cuando llegó la niña la invite a entrar al dormitorio donde yo estaba acostado vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó sonrojada, y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran par oírla mejor.

Ahora bien me agradaba la niña y traté de prestarle atención, pero ella hizo otra observación insultante acerca de mis ojos saltones. Ustedes comprenderán que empecé a sentirme enojado. La niña tenía bonita apariencia pero empezaba a serme antipática. Sin embargo pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban para verla mejor. Pero su siguiente insulto sí me encolerizo. Siempre he tenido problemas con mis grandes y feos dientes y esa niña hizo un comentario realmente grosero.

Se que debí haberme controlado pero salté de la cama y le gruñí, enseñándole toda mi dentadura y diciéndole que eran así de grande para comerla mejor. Ahora, piensen Uds.: ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a correr por toda la habitación gritando y yo corría atrás de ella tratando de calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para correr, me la quité pero fue mucho peor. La niña gritó aun más. De repente la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme y afilada. Yo lo mire y comprendí que corría peligro así que salté por la ventana y escapé.

Me gustaría decirles que este es el final del cuento, pero desgraciadamente no es así. La abuelita jamás contó mi parte de la historia y no pasó mucho tiempo sin que se corriera la voz que yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo comenzó a evitarme.

No se que le pasaría a esa niña antipática y vestida en forma tan rara, pero si les puedo decir que yo nunca pude contar mi versión. Ahora Ustedes ya lo saben.
Fuente: 7calderosmagicos.com.ar


Los 3 Cerditos contado por el Lobo: 
 

No entiendo por qué nos tienen que poner a los lobos como seres despreciables, malvados y feroces. Yo soy un animal pacífico y solitario; no me gusta meterme con nadie. El problema es que que a todos los lobos se nos utiliza como si fuéramos marionetas. Sí, sí... Como lo oís. Veréis: A mí me ocurrió que , un buen día de primavera, iba paseando por el bosque. Atisbé en la lejanía una pequeña casa hecha de paja. Me acerqué. Aquel día estaba yo fatal de la alergia y, para colmo, la casa estaba situada entre olmos. Llevaba todo el día estornudando y al llegar a la casa, me dio un cosquilleo en el hocico. Estornudé. Pude sentir cómo tembló la casa y se cayó. Descubrí a un cerdo aterrorizado sentado en un sofá marrón sentado junto a un televisor apagado. Me miró y emitió un especie de chillido ahogado. Repentinamente, salió corriendo hacia un claro del bosque. Yo fui tras él para pedirle perdón, pero el cerdo hacía caso omiso a mis disculpas. Al llegar al claro pude ver una casa de madera semejante a la derribada. El cerdo paró en seco ante la puerta de entrada y golpeó con las pezuñas con desesperación contra la puerta. De pronto, se abrió y el cerdo penetró en la casa a toda velocidad. Cerró la puerta de un portazo y echó la llave.Yo pude parar justo a tiempo para que no me estampara la puerta en el hocico. Con este gesto, volví a sentir un cosquelleo y, sin poder evitarlo, estornudé de nuevo. Otra vez sentí cómo tembló la casa y se desmoronó. Dentro había dos cerdos sentados alrededor de una mesa de cristal. Me miraron espantados e incluso pude ver cómo se dilataron sus pupilas. Salieron corriendo y desaparecieron de entre los escombros como una exhalación. Les perseguí, cada vez más avergonzado del resultado de mi alergia.Cuando llegamos a otro claro cercano, descubrí otra casa, pero ésta era de ladrillos y cemento. Los dos cerditos golpearon con desesperación la puerta y, cuando ésta se abrió, entraron escopetados y cerraron con una rapidez admirable. Yo estaba cada vez más confuso y les pedí por favor que me abrieran porque tan solo quería disculparme. Los cerdos no me creyeron. Aguardé en la puerta esperando a que salieran creyendo que me había marchado, y es que a mí, cuando se me mete algo en la cabeza, no hay quién me lo saque.

Estuve esperando un buen rato y, de pronto, me di cuenta de que venía un cazador a todo velocidad en dirección a donde estaba yo. Llevaba consigo una escopeta con la cual, no me gustaría tener que volver a tratar nunca. Me levanté de un brinco e hice lo primero que se me pasó por la cabeza: subirme al tejado de la casa. No entiendo cómo, pero pero lo hice. Estaba yo en el tejado cuando el cazador disparó un disparo que por poco me dio. Perdí el equilibrio y caí por la chimenea. me di un terrible costalazo contra el suelo del salón y, tras un momento de aturdimiento, vi a los tres cerditos muertos de miedo en un rincón. Yo me acerqué cuidadosamente y les dije que no tuvieran miedo, que no iba a hacerles daño. Esto parece que les tranquilizó un poco y les conté lo realmente ocurrido. Tras una breve pausa, los tres cerditos se miraron entre sí con miradas de complicidad. Uno de ellos se adelantó unos pasos y me dijo que si quería salir ileso de allí, tendría que decir que les perseguí porque quería comérmelos y que no estornudé contra las casas, sino que las derribé a propósito. Yo reí sin ganas porque en el fondo sabía que tendría que aceptar las condiciones. Los cerditos admitieron que fueron ellos los que llamaron al cazador para acabar conmigo y que no le dirían que se fuera hasta que jurase hacer eso. Yo estaba furioso, impotente, acorralado. La rabia corría por mis venas. Apreté las garras y decidí aceptar. No me quedaba más remedio. Los cerdos, pasado un tiempo, decidieron escribir la historia, pero con la versión inventada. Registraron la obra y la pusieron a la venta. Resultó ser un "Best-seller" durante mucho tiempo.

Más de una vez pensé en llevarles a los tribunales, pero siempre he acabado desechando la idea, porque nadie me tomaría en serio. Y ni siquiera sé si vosotros me creeréis, pero eso es algo que ya no me importa. Como os he dicho al principio de esta historia, yo soy un animal solitario. Uno se acaba acostumbrando a que la gente no quiera saber nada de él por una tonta historia que ni siquiera es verdad. Si os soy sincero, desde ese día no he vuelto a comer cerdo. Creo que acabaré siendo vegetariano...
Fuente: Elotrolado.net

Bueno, ahora que leimos el punto de vista de cada uno, ¿a cual le creemos? ;)
¡Nada Es Casualidad! 


            Buenas mi queridos lectores, este será mi primer post después que anuncie mi regreso a el mundo Blogger. Y es que hace más de 6 meses que no aparecía por aquí. En estos meses de exilio de la Web me encontré con algunas cosas interesantes, entre ellas una película llamada “3:19 nada es casualidad” de las cual les hablare porque me llamo poderosamente la atención, por dos motivos, - no miro nunca ninguna película que sea hecha por el cine español (sea argentino, español, mexicano, boliviano o cualquier otro) talvez porque el mundo del cine norteamericano me ha creado un prejuicio contra este cine, que debo reconocer, cada vez que le doy una oportunidad para  que  me guste, se porta a la perfección y me deja mucho mas a nivel cultural que muchos Films Hollywoodenses, esta película fue de esos casos dejándome muy satisfecho con toda la historia, que si bien me la presentaron como comedia – y de comedia no tiene nada – es una gran historia de drama. y aquí es donde voy a hacer hincapié, y mis lectores sabrán disculparme si lo torno largo pero realmente es, si no provechoso, al menos interesante, la película deja mucho pero mucho valor cultural, o mas bien intelectual, nos hace conocer la historia real de un matemático (nombre el cual develare en otro post, contando su historia fascinante – a los interesado en saberlo ya pues vean la película o mándenme un mensaje privado --) de cómo no se de por vencido tras tropiezos y tropiezos. La película española, sigo contándoles, habré un portal hacia un libro que no conocía, y creo muchos tampoco sabrán de el “La insoportable levedad del ser – Milan Kundera” leen fragmentos, y sobre todo hacen hincapié en uno. (En realidad son dos fragmentos que el film une para darle mas sentido al texto, personalmente lo llamaría [del destino y sus artimañas]) que paso a contarles y es este mi regalo para ustedes, porque bien podría guárdamelo para mi, pero deseo lo conozcan, lo disfruten y los impulse a pensar y a leer este libro (considerado novela filosófica para el mundo literario, pero rechazado el concepto de filosófica para el autor de la obra).

El fragmento que llamare como dije “del destino y sus artimañazas” o “de las casualidades causales” dice lo siguiente a modo de cuento.
“al final pongo un video contando la mitad de esta historia, video que pertenece a un fragmento de la película [”Nada es casualidad”] recomiendo lean esto antes de verlo”

“Hace siete años se produjo casualmente en el hospital de la ciudad de Teresa un complicado caso de
Enfermedad cerebral, a causa del cual llamaron con urgencia a consulta al director del hospital de Tomás.
Pero el director tenía casualmente una ciática, no podía moverse y envió en su lugar a Tomás a aquel
Hospital local. En la ciudad había cinco hoteles, pero Tomás fue a parar casualmente justo a aquél donde
Trabajaba Teresa. Casualmente le sobró un poco de tiempo para ir al restaurante antes de la salida del tren.
Teresa casualmente estaba de servicio y casualmente atendió la mesa de Tomás. Hizo falta que se
Produjeran seis casualidades para empujar a Tomás hacia Teresa, como si él mismo no tuviera ganas.
Regresó a Bohemia por su causa. Una decisión tan trascendental se basaba en un amor tan casual que
No hubiera existido si su jefe no hubiera tenido la ciática hacía siete años. Y aquella mujer, aquella
personificación de la casualidad absoluta yace ahora a su lado y respira profundamente mientras duerme.
Estaba ya bien entrada la noche. Sentía que le empezaba a doler el estómago, tal como solía ocurrirle
en los momentos de angustia.
La respiración de ella se transformó una o dos veces en un suave ronquido. Tomás no sentía en su
interior ninguna clase de compasión. Lo único que sentía era la presión en el estómago y la
desesperación por haber regresado.”
(Primera parte – sección 17)

Cuando Tomás regresó de Zurich a Praga, le invadió una sensación de malestar al pensar que su
Encuentro con Teresa había sido producido por seis casualidades improbables.
¿Pero un acontecimiento no es tanto más significativo y privilegiado cuantas más casualidades sean
necesarias para producirlo?
Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje. Lo que ocurre necesariamente, lo
esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla. Tratamos de leer en ella
como leen las gitanas las figuras formadas por el poso del café en el fondo de la taza.
Tomás apareció ante Teresa en el restaurante como la casualidad absoluta. Estaba sentado junto a un
libro abierto. Levantó la vista hacia Teresa y sonrió: «Un coñac».
En ese momento sonaba la música en la radio. Teresa fue a la barra a buscar el coñac y giró el botón de la
radio para que sonase aún más alta. Reconoció a Beetho-ven. Le conocía de cuando vino a su ciudad un
cuarteto de Praga. Teresa (quien, como sabemos deseaba algo «más elevado») fue al concierto. La sala
estaba vacía. Además de ella sólo estaban el farmacéutico local y su mujer. De modo que en el escenario
había un cuarteto de músicos y en la sala un trío de oyentes, pero los musicos
fueron tan amables que no suspendieron el concierto y tocaron toda la noche, para ellos solos,
los tres últimos cuartetos de Beethoven.
Después el farmacéutico invitó a los músicos a cenar y le pidió a la oyente desconocida que les
acompañara. Desde entonces Beethoven se convirtió en la imagen del mundo al otro lado, del mundo que
deseaba. Mientras le llevaba el coñac a Tomás desde la barra, trataba de interpretar aquella casualidad:
¿cómo es posible que precisamente mientras le lleva el coñac a ese desconocido que le gusta, oiga a
Beethoven ?
No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable,
las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento, como los pájaros hacia los hombros de
San Francisco de Asís.
10
La llamó para decirle que quería la cuenta. Cerró el libro (la contraseña de la hermandad secreta) y a
ella le dieron ganas de preguntarle qué estaba leyendo.
—¿Me lo puede apuntar a mi habitación? —preguntó él.
—Sí—dijo—. ¿Qué número tiene?
Le enseñó la llave, a la cual estaba atada una plaquita de madera y en ella pintado un seis de color
rojo.
—Es curioso -dijo ella— la número seis.
—¿Qué tiene de curioso? —preguntó él.
Se había acordado de que, cuando vivía en Praga y sus padres aún no se habían divorciado, su
casa llevaba el número seis. Pero dijo otra cosa (y nosotros podemos valorar su astucia):
—Usted tiene la habitación número seis y yo termino de trabajar a las seis.
—Y mi tren sale a las siete —dijo el hombre desconocido.
No sabía qué decir, le dio la cuenta para que la firmase y la llevó a la recepción. Cuando terminó de
trabajar, el forastero ya no estaba sentado a la mesa. ¿Habría comprendido su discreto mensaje? Salió
del restaurante muy nerviosa.
Enfrente había un parquecillo ralo, el pobre parqueci-llo de una pequeña y sucia ciudad, que siempre
había representado para ella una pequeña isla de belleza: había un trozo de césped, cuatro chopos,
algunos bancos, un sauce llorón y una mata de forsythia.
Estaba sentado en un banco amarillo desde el cual se veía la entrada al restaurante. ¡Precisamente
en aquel banco había estado sentada ayer con un libro en el regazo! En aquel momento supo (los pájaros
de la casualidad volaban hacia sus hombros) que aquel hombre desconocido le estaba predestinado. La
llamó, la invitó a que se sentase junto a él. (Los marinos de su alma salieron corriendo a la cubierta del
cuerpo.) Luego lo acompañó a la estación y, al despedirse él, le dio su tarjeta con su número de teléfono:
«Si alguna vez viene por casualidad a Praga...».
(Sección segunda, parte 9)

Lo que me llama la atención de este cuento es como demuestra de una forma muy simpática como el destino cruza y entrecruza los elementos para formar los sus cometidos. Se que a muchos le parece absurdo esto porque la idea del “libre albedrío” con la que se educaron. (Idea que me parece tan valida como la del destino, para quien la cree) rechazaran de forma categórica la idea de que el destino nomás maneja a su antojo… simplemente es un cuento para pensar. Lo que quiero decir es no lo rechacen de entrada, procésenlo, trátenlo, critíquenlo y si después de ese proceso lo rechazan perfecto.

Les dejo un fragmento de este texto en video, si yo lo hice mas largo en la transcripción es porque se que los cuentos o se cuentan bien o no se cuentan, y me parece había muchos partes que el video no trae que debían ser contadas.


De nuevo los invito a Lean es libro muy ameno y rico en saberes
Y si tienen que elegir una película permítanse verla, por si no lo leyeron arriba, se llama “3:19 nada es casualidad”.

ElBorradorDePapel...

!De vuelta en el camino¡
 

 Buenos días a todos, después de escribir unos 33 post se que he abandonado de forma abrupta el blog, debido a falta de tiempo y mil otros motivos mas, los bloggistas me entenderán.
Ahora con el permiso de ustedes quiero volver a retomar el camino que empecé en este blog, con la diferencia que cuando lo comencé era porque me sobraba tiempo y ahora escaseo de este, a la carrera universitaria q ya hacia le agregue otra carrera de grado mas y a la vez un curso de ingles, pero me pongo fiel al compromiso de renovar por lo menos 3 veces al mes estos post.
Por suerte empecé una carrera como filosofía que me va a permitir agregar nuevos puntos de vista a mis ya conocidos análisis sobre la vida.
Recuerden que este blog no busca para nada ser científico y menos escribir grandes obras, es tan humilde su objetivo como humilde es la prosa de su autor, este blog fue diseñado para expresar, divertir, informar, entretener a sus lectores, sean 1, 45 o 1000 y espero a lo largo del camino lograrlo.
Les agradezco por estar ahí, les pido perdón por haberlos dejado un tiempo, pero e vuelto para quedarme y espero me sigan leyendo los bloggeros de antes y que me lean los nuevos y sino por lómenos dejare plasmado en palabras ideas que es mejor se escriban en un papel que, que vivan en el aire.

JovenSocrates
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