¡Nada Es Casualidad!
Buenas mi queridos lectores, este será mi primer post después que anuncie mi regreso a el mundo Blogger. Y es que hace más de 6 meses que no aparecía por aquí. En estos meses de exilio de la Web me encontré con algunas cosas interesantes, entre ellas una película llamada “3:19 nada es casualidad” de las cual les hablare porque me llamo poderosamente la atención, por dos motivos, 1º - no miro nunca ninguna película que sea hecha por el cine español (sea argentino, español, mexicano, boliviano o cualquier otro) talvez porque el mundo del cine norteamericano me ha creado un prejuicio contra este cine, que debo reconocer, cada vez que le doy una oportunidad para que me guste, se porta a la perfección y me deja mucho mas a nivel cultural que muchos Films Hollywoodenses, esta película fue de esos casos dejándome muy satisfecho con toda la historia, que si bien me la presentaron como comedia – y de comedia no tiene nada – es una gran historia de drama. 2º y aquí es donde voy a hacer hincapié, y mis lectores sabrán disculparme si lo torno largo pero realmente es, si no provechoso, al menos interesante, la película deja mucho pero mucho valor cultural, o mas bien intelectual, nos hace conocer la historia real de un matemático (nombre el cual develare en otro post, contando su historia fascinante – a los interesado en saberlo ya pues vean la película o mándenme un mensaje privado --) de cómo no se de por vencido tras tropiezos y tropiezos. La película española, sigo contándoles, habré un portal hacia un libro que no conocía, y creo muchos tampoco sabrán de el “La insoportable levedad del ser – Milan Kundera” leen fragmentos, y sobre todo hacen hincapié en uno. (En realidad son dos fragmentos que el film une para darle mas sentido al texto, personalmente lo llamaría [del destino y sus artimañas]) que paso a contarles y es este mi regalo para ustedes, porque bien podría guárdamelo para mi, pero deseo lo conozcan, lo disfruten y los impulse a pensar y a leer este libro (considerado novela filosófica para el mundo literario, pero rechazado el concepto de filosófica para el autor de la obra).
El fragmento que llamare como dije “del destino y sus artimañazas” o “de las casualidades causales” dice lo siguiente a modo de cuento.
“al final pongo un video contando la mitad de esta historia, video que pertenece a un fragmento de la película [”Nada es casualidad”] recomiendo lean esto antes de verlo”
“Hace siete años se produjo casualmente en el hospital de la ciudad de Teresa un complicado caso de
Enfermedad cerebral, a causa del cual llamaron con urgencia a consulta al director del hospital de Tomás.
Pero el director tenía casualmente una ciática, no podía moverse y envió en su lugar a Tomás a aquel
Hospital local. En la ciudad había cinco hoteles, pero Tomás fue a parar casualmente justo a aquél donde
Trabajaba Teresa. Casualmente le sobró un poco de tiempo para ir al restaurante antes de la salida del tren.
Teresa casualmente estaba de servicio y casualmente atendió la mesa de Tomás. Hizo falta que se
Produjeran seis casualidades para empujar a Tomás hacia Teresa, como si él mismo no tuviera ganas.
Regresó a Bohemia por su causa. Una decisión tan trascendental se basaba en un amor tan casual que
No hubiera existido si su jefe no hubiera tenido la ciática hacía siete años. Y aquella mujer, aquella
personificación de la casualidad absoluta yace ahora a su lado y respira profundamente mientras duerme.
Estaba ya bien entrada la noche. Sentía que le empezaba a doler el estómago, tal como solía ocurrirle
en los momentos de angustia.
La respiración de ella se transformó una o dos veces en un suave ronquido. Tomás no sentía en su
interior ninguna clase de compasión. Lo único que sentía era la presión en el estómago y la
desesperación por haber regresado.”
(Primera parte – sección 17)
“Cuando Tomás regresó de Zurich a Praga, le invadió una sensación de malestar al pensar que su
Encuentro con Teresa había sido producido por seis casualidades improbables.
¿Pero un acontecimiento no es tanto más significativo y privilegiado cuantas más casualidades sean
necesarias para producirlo?
Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje. Lo que ocurre necesariamente, lo
esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla. Tratamos de leer en ella
como leen las gitanas las figuras formadas por el poso del café en el fondo de la taza.
Tomás apareció ante Teresa en el restaurante como la casualidad absoluta. Estaba sentado junto a un
libro abierto. Levantó la vista hacia Teresa y sonrió: «Un coñac».
En ese momento sonaba la música en la radio. Teresa fue a la barra a buscar el coñac y giró el botón de la
radio para que sonase aún más alta. Reconoció a Beetho-ven. Le conocía de cuando vino a su ciudad un
cuarteto de Praga. Teresa (quien, como sabemos deseaba algo «más elevado») fue al concierto. La sala
estaba vacía. Además de ella sólo estaban el farmacéutico local y su mujer. De modo que en el escenario
había un cuarteto de músicos y en la sala un trío de oyentes, pero los musicos
fueron tan amables que no suspendieron el concierto y tocaron toda la noche, para ellos solos,
los tres últimos cuartetos de Beethoven.
Después el farmacéutico invitó a los músicos a cenar y le pidió a la oyente desconocida que les
acompañara. Desde entonces Beethoven se convirtió en la imagen del mundo al otro lado, del mundo que
deseaba. Mientras le llevaba el coñac a Tomás desde la barra, trataba de interpretar aquella casualidad:
¿cómo es posible que precisamente mientras le lleva el coñac a ese desconocido que le gusta, oiga a
Beethoven ?
No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable,
las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento, como los pájaros hacia los hombros de
San Francisco de Asís.
10
La llamó para decirle que quería la cuenta. Cerró el libro (la contraseña de la hermandad secreta) y a
ella le dieron ganas de preguntarle qué estaba leyendo.
—¿Me lo puede apuntar a mi habitación? —preguntó él.
—Sí—dijo—. ¿Qué número tiene?
Le enseñó la llave, a la cual estaba atada una plaquita de madera y en ella pintado un seis de color
rojo.
—Es curioso -dijo ella— la número seis.
—¿Qué tiene de curioso? —preguntó él.
Se había acordado de que, cuando vivía en Praga y sus padres aún no se habían divorciado, su
casa llevaba el número seis. Pero dijo otra cosa (y nosotros podemos valorar su astucia):
—Usted tiene la habitación número seis y yo termino de trabajar a las seis.
—Y mi tren sale a las siete —dijo el hombre desconocido.
No sabía qué decir, le dio la cuenta para que la firmase y la llevó a la recepción. Cuando terminó de
trabajar, el forastero ya no estaba sentado a la mesa. ¿Habría comprendido su discreto mensaje? Salió
del restaurante muy nerviosa.
Enfrente había un parquecillo ralo, el pobre parqueci-llo de una pequeña y sucia ciudad, que siempre
había representado para ella una pequeña isla de belleza: había un trozo de césped, cuatro chopos,
algunos bancos, un sauce llorón y una mata de forsythia.
Estaba sentado en un banco amarillo desde el cual se veía la entrada al restaurante. ¡Precisamente
en aquel banco había estado sentada ayer con un libro en el regazo! En aquel momento supo (los pájaros
de la casualidad volaban hacia sus hombros) que aquel hombre desconocido le estaba predestinado. La
llamó, la invitó a que se sentase junto a él. (Los marinos de su alma salieron corriendo a la cubierta del
cuerpo.) Luego lo acompañó a la estación y, al despedirse él, le dio su tarjeta con su número de teléfono:
«Si alguna vez viene por casualidad a Praga...».
(Sección segunda, parte 9)
Lo que me llama la atención de este cuento es como demuestra de una forma muy simpática como el destino cruza y entrecruza los elementos para formar los sus cometidos. Se que a muchos le parece absurdo esto porque la idea del “libre albedrío” con la que se educaron. (Idea que me parece tan valida como la del destino, para quien la cree) rechazaran de forma categórica la idea de que el destino nomás maneja a su antojo… simplemente es un cuento para pensar. Lo que quiero decir es no lo rechacen de entrada, procésenlo, trátenlo, critíquenlo y si después de ese proceso lo rechazan perfecto.
De nuevo los invito a Lean es libro muy ameno y rico en saberes
Y si tienen que elegir una película permítanse verla, por si no lo leyeron arriba, se llama “3:19 nada es casualidad”.
ElBorradorDePapel...
2 comentarios:
que interesante borrador de papel , ese tipo de cosas como me gustan y llaman mi atención , es increible pero es verdad , a veces uno no puede ver como dicen en el mundo del teatro "los hilos que mueven la marioneta" , pero de que no hay algo casual , no lo hay , al menos yo no lo creo asi ,me tomare en serio tu recomendacion de este libro , saludos!!!
Lo buscaré.
Estoy convencida de que no hay casualidades, hay " causalidades !
Un abrazo !
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