Y nos venos aquí, de nuevo, mas maduros, mas crecidos, mas experiencias
vuelven tras sus paso, los ojos le leen a la mente lo que ella hace tiempo escribió, se evalúan como viejos amigos que se
vuelven a encontrar, ver si se fue ingenuo antes o si por el contrario se fue lucido,
tal vez no se esta lo suficiente maduro para evaluarse.
Venos aquí, con la misma ilusión de siempre, la que tiene cualquier
escritor, la de escribir su mejor oración, de esas que perduran, tal vez esta no
sea una de ellas, pero al menos será una forma mas aprendida de cómo no escribirla.
Es el tiempo tan ingenuamente, o astutamente sabio, que nos transforma,
que no nos permite decir que soy igual que el de ayer o el mismo que el de mañana.
¿Entiendo acaso algo de lo que escribí en el pasado y lo acierto hoy? ¿o soy
ese hombre mayor tomando como irrelevante y carente de fundamento las simples
palabras de un niño?, la respuesta a ello no debe de importarme, pues en
cualquier caso e mejorado e madurado, o e estado en lo correcto.
Vuelvo hoy tras mis pasos, viendo si deje algo olvidado o
que se me haya pasado sin verlo, vuelvo hoy tras mis pasos, pero irónicamente a
la vez avanzo, y es que confirmo o corrijo lo que vi y es que mi ello le enseña
a mi yo como ser.